Beatriz Vanegas Athías
Escritora, profesora y editora
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1
Hasta hace tres décadas tener un hijo con una enfermedad que lo situara fuera de lo establecido como normal era una vergüenza. Las familias bien de los pueblos solían tener un cuartito del exilio dentro de la casa para confinar al fenómeno. Iban a misa, rezaban, visitaban a los enfermos, daban limosnas, pero ocultaban al pobrecito que les recordaba que peligraba su estatus de felicidad. Ocultar, sin embargo, provocaba el efecto contrario: los delataba.
2
Colombia que es, ante todo rural, es también homofóbica y racista, este gobierno, el primero progresista en doscientos años de República, así lo ha desnudado. Las actitudes racistas y homofóbicas son también causa de ocultamientos y negación: el tío solterón, la tía solterona (en verdad ambos son homosexuales): de ellos no se habla, son los raros, los que han fracasado en la vida, aunque siempre están allí para que solucionen la vida de los heteronormados. De quien no se habla, es seguro que no existe. Son borrados, no tienen color, son grises, opacos. O en su defecto, es mejor el asesino y mujeriego o la puta que estos raros. Por fortuna existen las ciudades y la tía y el tío pudieron huir para ser. Aunque algunas se llevaron el borrado como la ciudad que dice el poeta griego Constantino Kavafis.
3
“No se queje”, “no sea ingrata” “agradezca por tener trabajo”, dicen en las oficinas de toda Colombia en un vívido llamado a la eterna sonrisa y la gratitud hacia los patrones. Y he aquí la consigna que es el colmo: “no patees tu lonchera”. Esto es: no nos traigas tus tristezas e inconformidades. Oculta, oculta, tapa, tapa. Trabaja y deja trabajar. Guarda silencio.
4
No diga “Cucha”, diga mujer. No diga “Pelao”, diga joven. No diga desplazado, que son migrantes. No diga “niña”, que ya es una señora y la infantiliza. El lenguaje siempre acezante y perplejo asiste a un blanqueado de todo giro dialectal y social porque la única fuente parece ser la RAE.
Acostumbrados a los eufemismos, a blanquear, a pacificar, a borrar, a ocultar ¿por qué nos sorprende que el alcalde Federico Gutiérrez, cercano a partidos de derecha como el Partido de la U y Centro Democrático actúe así? Ahora, el alcalde apodado Fico en su afán de establecer un uniforme gris sobre el relato de la memoria del crimen organizado por el Estado que él respalda, se enfrenta a un movimiento popular nacional que ratifica lo que él desde su posición de poder sabe, pero mira hacia otro muy conveniente lado, porque todos sabemos que #LasCuchasTienenRazón
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