Paradojas que terminan siendo parábolas
En Colombia, nuestras paradojas ya no solo inquietan: enseñan. Como parábolas sin predicador, nos obligan a interpretar y decidir si aprendemos… o simplemente repetimos el libreto con nuevos actores.
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para incrustarlo
Copia y pega este código en tu sitio para incrustarlo