Las calles de Albacete, en España, también se sumaron a la ola de movilización en solidaridad con Palestina. Las fotos de Judith Jaramillo nos recuerdan que la resistencia no es exclusiva de las grandes capitales: en cada rincón del mundo hay voces que se alzan contra el genocidio y que exigen justicia. Porque la indignación no conoce fronteras, y la humanidad se defiende allí donde la ciudadanía decide hacerse escuchar.





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