

•
No fue una derrota, fue un diagnóstico: incluso con las trabas del poder, la gente sigue votando por el cambio.
•
Para que haya una verdadera democracia se requiere que exista una oposición inteligente, culta y propositiva; que tenga candidatos y candidatas a la Presidencia con suficiente altura intelectual y sin máculas éticas. Parte del problema de Colombia es que esa oposición es invisible o inexistente.