El error de prohibir la Inteligencia Artificial

Comunicador social y periodista

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Una respuesta a «El error de prohibir la Inteligencia Artificial»

  1. Avatar de alvaro salazar velez
    alvaro salazar velez

    totalmente equicocado
    ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA IA.
    Alvaro Salazar Vélez.
    No es posible seguir utilizando la IA de forma acrítica pues cuando la IA se emplea mal, de manera estúpida, nos embrutece y eso es lo que puede estar pasando con la mayoría de personas que usan la IA.
    Un uso acrítico de la IA puede producir atrofia cognitiva, y estamos corriendo el riesgo de desaprender a pensar, he ahí las consecuencias de delegar en otros como la IA, el ejercicio del pensamiento.
    Con la IA nos encontramos en un nuevo escenario, concretamente en un teatro, donde lo importante ya no es lo que dicen los actores, ni siquiera el papel que creen interpretar.
    El poder ya no interviene sobre el guion, sino sobre las luces, el decorado y la manera en que la realidad se manifiesta.
    Con la IA se construyen infinitos edificios de sentido, ese es el poder de la inteligencia artificial, una producción constante de mundos alternativos, listos para ser habitados, pero también capaces de debilitar tu mundo.
    Con la IA la percepción de la realidad se vuelve cada vez más oscilante, más ilusoria y esta es usada por el poder quien ya no debe esforzarse en desmentir nada, ni temer a las críticas, sino más bien alimentarse de ellas.
    Con la IA se puede manipular la información, hiperproducir sugestiones y, a partir de ahí, catalizar la atención, moviendo la opinión de la sociedad a su antojo, tiempo de la sumisión al poder.
    Con la IA el poder decide qué es legítimo y qué no lo es, qué es pensable y qué no, es decir, ya no se permite al ciudadano decir esto es correcto o incorrecto, sino que se le conmina a actuar según la mande la IA.
    Por eso el gran riesgo de la IA no es que nos sustituya en nuestra capacidad de pensar, sino que nosotros mismos dejemos de comprender cuánto vale una vida intensa frente a una vida no vivida y corremos ese riesgo cuando dejamos de dar peso al pensamiento.
    Si aceptamos la IA acríticamente, solo como un medio para hacer supuestamente más fácil la existencia, estamos entregando algo mucho más valioso que es nuestra capacidad de vivir la vida.
    Un estudiante puede usar ChatGPT para hacer sus deberes, pasar el bachillerato y la universidad con sobresalientes, pero sin aprender nada y esto es un enorme problema para el desarrollo de la sociedad.
    El problema es cuando ante cualquier problema acudo a la IA para que me lo resuelva, así nace la atrofia cognitiva pues es innegable que el cerebro necesita ejercitarse.
    La IA se ha convertido en el nuevo templo del saber al que acudimos en busca de respuestas cuyo significado no siempre entendemos.
    Nos estamos metiendo en el cuento de la IA sin darnos cuenta, solo porque es la moda y porque según sus defensores no hay nada que hacer sino aceptarla sin decir nada.
    La IA se ha convertido en un sistema de poder generado por nuestros miedos y deseos, que luego es utilizado por quienes tienen el poder de dominarnos y volvernos sumisos y esclavos de la tecnología.
    Son los dueños del poder quienes, tras la caída de todos los valores, no crean otros nuevos, más ligeros y renovables, sino que prefieren revolcarse en la ausencia de valores.
    Con la IA estamos entrando en el tiempo de los últimos hombres, el tiempo que sigue a la muerte de Dios, al colapso de las democracias y de las instituciones.
    Los algoritmos han pasado de registrar nuestros gustos a anticiparlos y esclavizarnos con su manera de guiar a las cosas sin muestra intervención.
    Decía Séneca, la vida no debe alargarse, debe ampliarse, y la literatura es el instrumento que la amplía.
    El riesgo es que usemos la IA solo para alargarla un poco y después abandonarla.
    Con la IA corremos el riesgo de vivir en satisfacción constante sin alcanzar nunca la felicidad.
    Por eso debemos recuperar el tiempo del aburrimiento como un tiempo sagrado.
    Sin aburrimiento, la experiencia no da frutos y la vida pierde el sentido.
    La mayoría de las personas que conozco detestan la lectura del libro, prefieren ver los resúmenes de estos en película , la lectura está en proceso de franca extinción.
    El punto no es fetichizar el libro, sino comprender que leer implica indagar, demorarse, construir algo.
    Debemos tener claro que cuando ves una serie, recibes mucho y construyes poco.
    En cambio, cuando lees un gran libro cocreas, el escritor hace una parte, tú la otra.
    Tu imaginación se vuelve parte integral del proceso y te entrenas para no depender solo de la estimulación externa.
    Ahora el tiempo que pasamos frente al móvil es monstruoso porque nos vuelve arrogantes.
    Nos creemos lo bastantes cultos como para pensar que no nos afectan las tres o cuatro horas que invertimos mirando una pantalla, pero ese es el primer síntoma de que estamos atrapados y esclavizados.
    Por eso el gran problema de nuestro tiempo, es el exceso de razón mal utilizada.
    Hoy el neoliberalismo reduce cualquier relación humana a una lógica de inversión de capital y para esto la IA es clave.
    Hoy confundimos ironía con humor, y esa obsesión con la broma debilita la crítica.
    El problema es que el poder sigue evolucionando y nosotros no podemos apegarnos demasiado a él sin ningún sentido crítico.
    Copérnico, nos mostró que no éramos el centro del universo; Darwin, nos reveló que no éramos superiores a otras especies; y Freud, nos enseñó que no éramos dueños de nuestro inconsciente, ahora la inteligencia artificial nos dice que debemos aceptar que no somos los únicos que piensan ni los que piensan mejor, por eso es necesario reaccionar ya.
    No podemos dejar de lado que la guerra tecnológica premia a quien tiene menos escrúpulos a la hora de poner límites, por eso debemos dejar de obsesionarnos con ser los primeros, aprender a no competir sino a vivir en solidaridad.
    No creo en milagros literales, ni en extraterrestres que vengan a salvarnos, por eso para mí la IA es hoy el mayor peligro para la especie humana. Soy agnóstico y spinoziano.
    Hoy la IA se emplea de la manera más estúpida posible porque nos embrutece y esto parece gracioso.
    Con la IA y la obsesión tecnológica, aflora un gran deseo de sentido y un enorme miedo a la muerte.
    Por eso si nos despojamos de lo superfluo y miramos de frente ese deseo y ese miedo, podremos vivir más intensamente, sin necesidad de ángeles, milagros mágicos, ni dioses ocultos.
    La verdadera resistencia contra la IA pasa por aprender a aprender
    El deber de los filósofos y maestros es poner a los jóvenes en condiciones de saborear la dificultad y la profundidad, sin despreciar la superficie, la IA está negando esta posibilidad.
    Debemos actuar para usar el libro en papel cuando conviene y la pantalla cuando conviene.
    Igual debemos hacer con la IA, debemos tener claridad de cuándo consultarla, cuándo no, y cómo hacerlo.
    Si vamos a usar la IA, pensar un tiempo a solas antes de acudir a ChatGPT puede cambiar el resultado.
    La clave no es tener la IA más avanzada, sino descubrir otro modo de habitar el mundo.
    Necesitamos no la superficialidad, sino la capacidad de planear sobre las cosas con profundidad. Vivir en contradicción es aceptar ese juego serio sin perder la esperanza.
    Finalmente, la IA hará más ricos a los ricos y mucho más pobres a los pobres, ese será el gran aporte de la IA al f

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