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Aura Díaz
Politóloga y socióloga
EL RÍO MOGOTICOS ESTÁ VIVO, NO NECESITA RENACER
Siempre que veo paisajes una pregunta resuena en mi conciencia: ¿A dónde van las memorias de los paisajes que se pierden por el avance del capitalismo y las políticas de extractivismo y neoextractivismo?, ¿Dónde quedan las montañas, los ríos, los cañones? Una vez instalados los proyectos del capitalismo salvaje nunca más los volveremos a ver, sólo existirán en nuestras memorias.
Mis descendientes me preguntaron ¿por qué no lucharon para defender el río? Acaso, ¿no escucharon sus gritos de auxilio? ¿No se dejaron consternar por ese aire limpio que golpea las mejillas y da la bienvenida al pueblito jardín?
¿Cómo los va a recordar la historia? ¿cómo la comunidad y el pueblo que luchó para defender el río, las quebradas, el cañón, y la cuenca del río Mogoticos, o como la comunidad que le abrió las puertas a los proyectos extractivistas y neo extractivistas?
Feliz Pablo, mi orientador argentino de tesis de maestría, en una conversa me dijo: “pero che, si te pones a pensar, pocas cosas van más allá de defender la vida”. Yo solo asentí con la cabeza. Tiene razón el viejo argentino. Si le preguntamos a un campesino ¿qué es el agua?, el campesino o la campesina nos va a responder que el agua es vida, don de Dios y bien común, nunca nos va a responder que es un recurso natural y de eso se trata. Las relaciones instrumentales que así lo identifican no han logrado penetrar en el pensamiento del campesinado, los negros e indígenas, los considerados por la historia como subalternos. Y es desde ahí donde radica el sentido y la base por la defensa del agua y los ríos, por la defensa de la vida. El agua es vida y por eso nosotros los campesinos y las campesinas de América Latina la defendemos. Nuestra lucha es defender todas las formas de vida posibles.
Son las 5:00 de la mañana, suena el agua hirviendo por el calor del abuelo fuego, se aprecia ese olor mágico del café mientras se escucha la emisora comunitaria de Mogotes Estéreo, suena un aviso que convoca a la comunidad por la defensa del río Mogoticos, doña Yolanda Díaz, conocida en la comunidad y por algunos como la “guardiana del río”, recuerda el encuentro, realiza las labores del hogar y los quehaceres diarios matutinos de la finca y sólo después de eso, se dispone a llegar muy puntualmente al llamado de la comunidad.
De camino al pueblo, pasa por el exuberante cañón del río Mogoticos, pues vive cerca, ella no se puede imaginar cómo será la vida de sus nietos si destruyen el cañón y se apropian del río Mogoticos. “Quieren capturar las aguas de nuestro río ¿con qué derecho piensan hacer eso? y para colmo de males la empresa se llama dizque Renacer. ¿Renacer? si todas y todos sabemos que es un proyecto de muerte. Vean cómo es que se la ingenian las empresas para venir a engañarnos a nosotros los campesinos”.
Y es que parece que nadie piensa en cómo la llegada e instalación de este tipo de proyectos cambiaría las dinámicas del campesinado: al cambiar la vocación del suelo, el campesino tiene que dejar de producir, se alteran sus formas de subsistencia, por tanto se altera sus formas de vida y de permanecer en el territorio, es como una muerte lenta que acecha mientras el capitalismo dispersa su discurso de que existen unas zonas de sacrificio para mantener el sistema económico.
Pero ¿sacrificar una hermosura tal como el cañón y el río mogoticos? para traducir agua en números que solo inflarán los índices de crecimiento de una empresa, sin pensar en beneficios a las comunidades. Estos proyectos del gran capital nunca van a beneficiar a las comunidades, la energía ni siquiera va a ser para consumo nacional, es más, tienen ya la proyección de red de interconexión de proyectos listos para hacer de Santander una región productora de energía que va a ir directo al extranjero. A costa de sacrificar la vida y nuestros ríos, así como ya ha pasado en los departamentos de Antioquia y Caldas.
Según información solicitada a la Corporación Autónoma de Santander, CAS, existen en el departamento de Santander, más de 20 proyectos de pequeñas centrales hidroeléctricas -PCH- en diferentes fases de trámite de solicitud de licenciamiento ambiental. Pequeñas Centrales Hidroeléctricas en pequeños ríos, generan grandes afectaciones, tanto a nivel ambiental, social, económico, socio ambiental, socio ecológico, político y sobre todo cultural.
Doña Adela Calderón Arguello, de 51 años, recuerda que cuando tenía 10 años varias familias salían en la mañana a cazar sardinas que subían a desovar por los arroyos que daban al río Mogoticos, las cuales servían de sustento a varias familias. Al ser mayor de edad la señora Adela se fue del pueblo durante 17 años y al regresar con gran tristeza vio como el caudal del río Mogoticos ya había disminuido y las sardinas no volvieron a salir como antes. Cada año con el cambio climático es más bajo el nivel de todos los afluentes que conforman este río. En el 2017 ella se enteró que había una empresa llamada Hidroturbinas Delta S.A.S con intenciones de construir una hidroeléctrica sobre el río, “Yo no alcanzo a imaginar donde eso llegue a darse”, expresa que esa sería la muerte definitiva del río de nuestro pueblo, haciendo referencia a Mogotes, “de nuestro pueblo y de todos los habitantes aguas abajo que se benefician del agua”. Además, expresa: “Somos más de diez mil Mogotanas y Mogotanos que no volveríamos a ver el paisaje del cañón, la cuenca y el rio tal y cual como estamos acostumbrados, ¿usted se imagina llegar ahora y ver un proyecto hidroeléctrico que muy posible nos entregue un rio seco, así como paso en el río Oibita?, no lo vamos a permitir”.
Entre los años 2016 y 2018 la empresa Hidroturbinas Delta S.A.S hizo presencia en el territorio de Mogotes y San Gil, con el fin de realizar los estudios hidrológicos y de capacidad hidroenergética del río Mogoticos, con el objetivo de ir recolectando todos los documentos requeridos para presentar ante la Corporación Autónoma Regional de Santander CAS la solicitud de licenciamiento ambiental del proyecto de una pequeña central hidroeléctrica a filo de agua PCH-RENACER.
Según el Estudio de Impacto Ambiental, este proyecto tiene influencia en cuatro municipios del Departamento de Santander: Mogotes, San Gil, Valle de San José y Curití. La ubicación del proyecto se encuentra sobre el río Mogoticos en jurisdicción de los municipios de Mogotes y San Gil. Las veredas afectadas directamente van a ser Las Vegas y San Roque en Mogotes, Cañaveral alto y Cañaveral bajo, Vereda Macanillo en San Gil y Vereda Macanillo en Curití. Las áreas de influencia directa serian 74,34 hectáreas y de influencia indirecta 502,50 hectáreas. El caudal medio del río es 6.8 m3/s y pretenden captar 7 m3/s dejando solo 1,10 m3/s de caudal ecológico para el río. Por los anteriores datos expuestos vemos como no se trata de un proyecto de una “pequeña central hidroeléctrica”.
Hidroturbinas Delta S.A.S según consta en la revisión de la plataforma de empresas colombianas, se trata de una sucursal de la empresa HydroDelta Energy Group, con sede en Medellín – Antioquia, y que ha venido desarrollando desde mediados del 2009 diferentes proyectos hidroeléctricos dentro de la región Antioqueña. Esta empresa se ha especializado en el desarrollo de proyectos de tipo hidroeléctrico en territorio colombiano y fuera del país en Panamá, así como en Centro América en Guatemala y El Salvador.
Según consta en su página web, dentro de los servicios que presta se encuentra la pre factibilidad, factibilidad, diseño y consultorías en proyectos de aprovechamiento del recurso hídrico. Sus actividades se caracterizan por la implementación de varios proyectos de tipo hidroeléctrico dentro de municipios cercanos del mismo departamento, así como la implementación de diferentes proyectos de tipo hidroeléctrico que se basan en la captación de aguas abajo del mismo afluente hídrico, río o quebrada. Dentro de algunos de los proyectos ya implementados en Colombia se distinguen las pequeñas centrales hidroeléctricas de San Andrés, Zuca, La Chorrera, La Gloria, La Gloria II, Luzma, Luzma II, Penderisco, Penderisco II, Amalfi y la Cascada. La mayoría ubicadas en el departamento de Antioquia.
La empresa realizó la socialización del proyecto hidroeléctrico ante la alcaldía de Mogotes y presentó el informe del proyecto ante la Corporación Autónoma Regional de Santander CAS, así como las socializaciones amañadas acerca del proyecto de la PCH renacer, digo amañadas porque reconocemos que fue una de las sucias prácticas que utilizan las empresas cuando llegan a los territorios. Reuniones y actas en fechas como 24 y 29 de diciembre después de las cuatro de la tarde, planillas firmadas por 3 y 4 personas para un proyecto de gran impacto, reuniones informativas que legalizaron como socializaciones y en donde según consta en la revisión de las actas, la comunidad dejó claro que no estaban de acuerdo con este tipo de proyectos. A la empresa y al capital eso no le importó, siguieron insistiendo.
El señor Nelson Urrea presidente de Asojuntas del municipio de Mogotes y en ese entonces también el presidente de Asojuntas de San Gil, el señor Gilberto Hernández, relataron cómo esta empresa llegó a engañar a las comunidades campesinas diciéndoles que iban a llevar proyectos de huertas caseras, proyectos comunitarios, canchas de juegos y salones con el fin de que las personas les firmaran las actas de reuniones informativas que después legalizaron como socializaciones.
En enero del año 2018 la comunidad de las zonas de influencia, generó una alerta regional por la presencia de profesionales que se encontraban realizando el levantamiento de datos e información para el estudio de impacto ambiental (EIA) del proyecto hidroeléctrico. La comunidad citó a la empresa a una reunión en la vereda Vegas de Mogotes, con el fin de que diera cuenta de las malas prácticas de socialización del proyecto hidroeléctrico, la empresa no asistió a la reunión, ni envió ningún comunicado.
Ante la necesidad inminente de organización, se conformó el comité por la defensa del río Mogoticos y se inició con la implementación de la estrategia jurídica de terceros intervinientes para tener información de primera mano con respecto al proceso de licenciamiento que adelantaba la empresa en la CAS.
El comité y el movimiento por la defensa del rio, realizaron la identificación de los posibles aliados y adversarios. Dentro de los aliados se encuentran la red de veedurías ambientales de San Gil, el Congreso Ambiental de Santander CASA AGUAYA, la Corporación Compromiso y el observatorio de conflictos ambientales, las juntas de acciones comunales JAC, la red de acueductos agua para la vida, la iglesia, el comité de acción jurídica popular, la personería municipal, el Colectivo Popular Guane CPG, la fundación manos para la montaña, el comité municipal de juventudes, líderes y lideresas sociales de los municipios y la región, así como en su momento el representante a la cámara Fabián Díaz Plata.
A finales de enero de 2018 la empresa presentó ante la Corporación Autónoma Regional de Santander CAS, el estudio de impacto ambiental (EIA), las actas de reuniones informativas como socializaciones del proyecto y la solicitud formal de licenciamiento ambiental para el proyecto hidroeléctrico PCH RENACER.
Seguidamente se abrió paso el primer ciclo de plantones, movilizaciones y protestas en oposición al proyecto hidroeléctrico, se llevaron a cabo sesiones de concejo descentralizadas. Todas las intervenciones tanto de corporados como no corporados revelaron un NO rotundo al proyecto.
En junio de 2019, la CAS admitió y declaró iniciado el trámite de solicitud de licencia ambiental, y para diciembre del mismo año la Corporación Compromiso realiza una solicitud formal de una audiencia pública ambiental ante el proceso de licenciamiento.
Mientras tenía lugar la pandemia los trámites de la empresa seguían avanzando en la CAS.
Para el año 2021 la CAS junto con la empresa Hidroturbinas Delta S.A.S no realizó uno, sino tres intentos de socializaciones del proyecto hidroeléctrico PCH RENACER. Así como muchas personas; me pregunto ¿Dónde queda la transparencia de esta corporación ambiental?
El 21 de abril de 2021 y después de un intento de socialización del proyecto por parte de la CAS en sus mismas instalaciones, la comunidad de San Gil y Mogotes, manifestaron públicamente el rotundo rechazo a este tipo de proyecto teniendo en cuenta el desastre e impacto ambiental que este generaría, así como las consecuencias y afectaciones.
Esa misma tarde cuando profesionales de la Corporación Autónoma regional de Santander, CAS, se encontraban haciendo una vista de campo que hace parte de la etapa evaluativa del trámite de licenciamiento, la comunidad afectada del área de influencia, algunos actores y terceros intervinientes del proceso salieron a la vía que conduce de San Gil a Mogotes, en el sector conocido como la cooperativa y les negaron el ingreso al territorio a la autoridad ambiental ante la visita de inspección ocular, manifestando el inconformismo frete al proyecto, aduciendo el desconocimiento y falta de información acerca del mismo, exigiendo la transparencia por parte de la autoridad ambiental y un verdadero proceso de socialización ante las comunidades, además de expresar nuevamente el rechazo rotundo a este tipo de proyectos.
A raíz de este hecho se firmó un acta de suspensión de la visita ocular para el proyecto denominado PCH Renacer, en donde tanto la empresa, como la CAS, se comprometen a realizar y acompañar un verdadero proceso de socialización del proyecto con las comunidades.
El Concejo Municipal de Mogotes, en cabeza del alcalde Higinio Rueda Triana, expidió el Acuerdo N°005 del 31 de mayo de 2021 el cual declaraba al cañón del río Mogoticos como de interés público, lo que pasaría a beneficiar el proceso de licenciamiento, ya que mediante la implementación de esta medida, se abría la posibilidad para que las fincas de la zona de influencia pasaran a ser expropiadas de sus dueños, muy posiblemente para después beneficiar las intenciones de la implementación del proyecto hidroeléctrico de la empresa. A finales de 2022 el tribunal administrativo de Santander declaró como inválido el acuerdo por extralimitación de funciones de los corporados.
En el 2022 tuvo lugar el segundo ciclo de movilización popular y social por la defensa del río y en rechazo a la PCH, se realizan jornadas pedagógicas, artísticas y espacios informativos sobre los impactos de la PCH.
En Junio de 2022 Alexcevith Acosta, director de la CAS en una declaración pública comunica que las comunidades de Mogotes y San Gil negaron la entrada a los funcionarios de la CAS al territorio para realizar la visita de inspección ocular y que por lo tanto solicitaría la intervención de la fuerza pública y militar con tal de seguir con el trámite de licenciamiento ambiental. Inmediatamente el movimiento realizó una declaración pública en rechazo a las declaraciones del uso de la fuerza pública por parte de la CAS.
En seguida, tuvo lugar el tercer ciclo de movilizaciones populares, acompañadas de actos culturales, protestas y plantones en defensa del río y en rechazo a la PCH. 250 representantes de los acueductos a nivel nacional y líderes de diversas luchas marcharon tejiendo lazos de resistencia y en símbolo de solidaridad y por la defensa del río Mogoticos.
Hasta aquí el proceso de licenciamiento se encuentra a la espera de la visita de inspección ocular, para seguir con el trámite.
Para el 2023 y con algunas puertas cerradas la empresa Hidroturbinas Delta S.A.S intentó socializar las bondades del proyecto hidroeléctrico en los concejos municipales, malas prácticas que se han popularizado por parte de las empresas. Al no ser posibles socializar los proyectos con las comunidades, las empresas, acuden estas corporaciones con el fin de legitimar las socializaciones de los proyectos.
Algunas acciones en este año por parte del movimiento popular ambiental fueron impedir que estas socializaciones ocurrieran, así como trabajar en concientizar a la comunidad en general sobre el peligro que este tipo de proyectos representa para la región, se resaltan actividades como el festival un grito por el agua y la escuela ambiental en la vereda del Hoyo en Mogotes con niños y niñas.
Vemos hasta aquí tres cosas puntuales: primero, como llega una empresa con intenciones de instalar su proyecto hidroeléctrico en la región, segundo, una comunidad y un movimiento popular que se niega rotundamente a este tipo de proyectos y tercero, el cuestionable y las malas actuaciones de la corporación autónoma regional de Santander CAS.
La defensa por el río Mogoticos y por todas las formas de vida, se alimenta por medio de la acción colectiva y la identidad de un movimiento popular que se ha construido desde abajo, por la defensa de la vida, el agua y el territorio. La lucha es continua y aglutina a diferentes actores en un territorio que se identifica por compartir demandas históricas por la soberanía del mismo y la defensa de los bienes comunes, por la defensa del cañón, la cuenca y el río Mogoticos.
En lo corrido del 2024 el comité por la defensa del río ya tiene un plan de acción y se encuentra junto con la comunidad realizando actividades en pro de la defensa del río. ¿Podremos salvar al río mogoticos de las manos del gran capital?, ¿podremos salvar nuestros rios de la gran amaneza que representa el avance de estos proyectos extractivistas y neoextractivistas que no solo mercantilizan los bienes comunes, si no que mercantilizan la vida?. Esas son otras preguntas que resuena en mi mente.
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