Aquí están algunos poemas de Rocío Ramírez. Llenos de gracia y mensajes encriptados. Son metáforas que ponen en cuestión lo que la cultura ha creado como modelo de mujer. También son burla fina. Gracias Rocío.

Rocío Mylene Ramírez González
Economista, gestora, cantante, escritora, poeta.
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Utilitaria
Salgo de la tienda con un par de zapatos.
He prometido que serán los últimos.
Este mes es la cuarta vez que lo prometo.
Deseo andar muchos caminos con la vieja costumbre de ser una araña.
Esa cosa en el espejo me reclama.
Sí, esa cosa.
Porque a veces soy un libro de historietas,
el polvo pegado a la escoba,
un perchero que gusta de la ropa.
Es difícil renunciar a un poco de altura y al ronco sonar de mis tacones.
Pierdo un zapato, casualmente,
a propósito.
No para ganar un príncipe,
sino para expandir mi ego,
transformarme en garza con el epitafio de ser poeta.
Así es la vida.
Una necesidad de hacer equilibrio,
como una araña o como una garza.
Por lo demás, lamento no complacer a todos.
Mis tacones son lo único que aguanto por gusto.
La próxima quincena compraré unos rojos.
Porque para estrellarse contra el suelo,
también se requiere encanto.
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Eva ya no está en el paraíso
Eva deja la carta sobre la mesa, al lado del frutero.
Vivir en un no lugar desubica a cualquiera.
Los códigos alienantes cuelgan en el álbum del día de su boda.
¿Cómo olvidar ese día?
La llevaron a un paraíso donde es sospechosa, donde es culpable.
No te acerques al fruto prohibido, no enseñes tu fruto prohibido,
no seas fructífera.
Desde entonces prefiere la carne.
Es hora de elevar un canto en lugar de un grito.
Tomar la bitácora de sus fallas.
Ella no puede negarse.
Ni siquiera escogió su nombre.
No se arrepiente de nada.
Solo de haberse quedado.
Hoy se despide.
La lista de supermercado ya no incluye manzanas.
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Me dijeron
Me dijeron que no me comiera las uñas,
que no me cortara el pelo,
que había que llorar al menos nueve veces,
pero que no llorara en días como estos.
Exigieron que permaneciera quieta,
que no usara el teléfono, que no buscara respuestas.
Señalaron que es mejor levantar los brazos, pero sin empuñar las manos,
que cambiara la cerradura, por si acaso, que no abriera la boca.
Insistieron en que no usara cosas rotas, incluyendo a las personas, porque son de mala suerte.
Recalcaron que no debía salir a la lluvia, porque el agua que cae del cielo te enferma.
Gritaron que cerrara los ojos, que olvidara mi voz.
Pero no se percataron de que soy sorda.
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Grito
Ella tiene un futuro prometedor y un presente que da envidia.
Escribe, limpia, canta, vuelve a limpiar.
Hoy decidió convertirse en mascota,
transformar a sus hijos en mascota.
Al fin de cuentas él le compra collares,
escobas, platos de porcelana, escobas, el mejor alimento y más escobas.
Ojalá mute en grito,
que pueda abrir la boca, enseñar los dientes
y volver al manzano
como reptil.
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Bruja
Soy bruja sin verrugas,
sin lacerar mi feminidad.
No he preparado la maleta,
pero ya me fui.
Me declaro en desacato
aunque me quemen viva.
Muerdo manzanas que conducen al Paraíso
hechizando serpientes fálicas.
El mundo cambia mientras me quito las bragas,
dejo de ser Penélope
con una escoba entre las piernas.
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