Edson Velandia
Músico y escritor piedecuestano. Director del Festival de La Tigra y coodirector de la biblioteca comunitaria La Bellecera.
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Oda al ñero que se robó la medalla del Leopardo
La medalla es del gordo.
El gordo fue y la tomó porque ese oro es de ellos más que de nadie; de los ñeros, que han resistido con dignidad los fracasos de un equipo que nunca ha mirado pa la barriada. Que juega a espaldas de la realidad violenta y empobrecida de los barrios marginados de la Bucaramanga metropolitana. Un equipo que desprecia a los jóvenes de la ciudad. Que no tiene cantera seria ni la ha tenido nunca. Un leopardo de papel que no sabe lo que es tener crías y cuidarlas de los peligros de la selva. Aunque el equipo ha sido de primera, ha mirado a los jóvenes de la ciudad como gente de quinta.
El gordo demostró que los ñeros tienen regate y velocidad. Pero nadie vio la jugada, solo vieron un ladrón.
Los ñeros son los héroes de esta ciudad y son la cara nuestra. No han dejado morir la cumbia a pesar del tecnomerengue, del vallenato, del reguetón… La cumbia, símbolo de resistencia y emancipación, existe aquí aún porque los ñeros no comen de modas. Le han enseñado a la ciudad el significado de la identidad, de la lealtad al clan, al parche, al barrio. Son los únicos que pueden caminar con la frente en alto en esta ciudad superficial.
Son grandes los jugadores y el técnico que lograron la estrella pero ninguno de ellos se merece más el oro que los ñeros.
Qué ironía que la única vez que los ñeros pudieron pisar la grama fue invadiéndola. Porque su lugar es en la tribuna o en la calle; la cancha y las oportunidades no son para ellos. Ellos y ellas están para cantar los goles, nunca para hacerlos.
Si el gordo no se roba esa medalla, ningún ñero de la ciudad hubiera puesto en su cuello la gloria de la primera estrella. Pero la estrella en su cuello fue fugaz. Y aunque no era la medalla oficial del campeonato, sino la medalla horrible que el alcalde de Bucaramanga en su oportunismo ramplón les dio a los jugadores.. ¿Qué viene pal gordo?
¿La cárcel?
¿el desprecio?
Da igual. Los ñeros saben que la cárcel y el desprecio les han sido heredados a cambio de sus derechos.
La estrella es del gordo aunque se la hayan quitado otra vez. Él sabía que esa medalla no era la oficial y la tomó a las malas porque no hay otra manera de tenerla. Así como no tiene derecho a educación ni a salud ni a casa ni a trabajo digno, ni a herencia; y tendrá que arriesgar la vida si quiere tomar rodo eso que es suyo y le ha sido robado por gente como Abudinen, a quien tal vez nunca la persigan como a carterista en el centro por robarle al país mucho más que 70mil millones de veces una medalla de mentiras.
Yo le canto al gordo y lo abrazo
Yo soy Sebastián Luna
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