Francisco Cepeda López
Profesor y músico
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“…, lo único permanente es el cambio”, es un dicho que acabó convir-tiéndose casi en un proverbio, pero que para el propósito de esta conversación deviene paradoja. Acá la conversación discurre en torno de Cambio (la publicación periódica en formato de revista)
“Cambio16 es la cabecera decana y multiplataforma de las revistas en España, fundada en 1971, nuestra misión es informar, educar y desarrollar una fuente confiable y veraz de información y de análisis sobre las materias concernientes a nuestro propósito “Un mundo más humano justo y regenerativo”.
Luis González Seara fue nombrado presidente del consejo de administración y es quien propone el nombre de «Cambio», una palabra ambigua que se prestaba a muchas interpretaciones, sobre todo debido al ambiente político de la época. (En España)
Pues bien, en Colombia la publicación bajo el nombre Cambio
“…, fue una revista colombiana sobre actividad sociopolítica y económica, fundada bajo el nombre de Cambio 16. Fue más tarde vendida y renombrada como Cambio en 1998 por Gabriel García Márquez y otros socios. En 2006 la revista fue vendida a la Casa Editorial El Tiempo, dueña del diario El Tiempo”. Fundada bajo el nombre de Cambio 16 Colombia, con la intención de ser la versión colombiana de la revista española Cambio 16, tuvo como socios principales a Juan Tomás de Salas, Daniel Samper Pizano y otros inversionistas. En 2010 la Casa Editorial El Tiempo decide cerrar la revista, citando razones de rentabilidad y reorganización, sin embargo algunas fuentes citaron razones políticas y diferencias entre la línea editorial de la revista con la de El Tiempo. Debido a desacuerdos entre los socios inversionistas el proyecto no prosperó y quedó en manos de inversionistas mexicanos que más tarde lo vendieron a Patricia Lara Salive.
https://es.wikipedia.org/wiki/Cambio_(revista)
Allí anida un grupo de comentaristas “de cuanta vaina”[1] entre los cuales destacan “los Danieles” (Samper, padre e hijo), Yohir Ackerman, Patricia Lara, Gabriel Silva y Daniel Coronell.
Este preámbulo viene al caso como pre-texto al comentario (yo, también comento) acerca del un episodio que resultaría banal en otro contexto. Pues bien, uno de sus egregios comentaristas, “experto en medios alternativos” independientes, el señor Daniel Samper Ospina olvida con frecuencia de dónde viene y, por supuesto, de quien(es) depende, por lo que solo toma una parte de esa independencia mutilando la palabra y dejando solamente pendencia.
“A Daniel Samper Ospina … parece preocuparle que la falta de crítica a los gobiernos elegidos pueda llevar a realidades peores. En una de sus últimas emisiones del pódcast Noti Danny, medio en broma y medio en serio, se preguntó algo que aterraría a cualquier colombiano de centro o de izquierda.
¿Acaso las acciones del actual presidente Petro, que algunos refieren como actos de improvisación, podrían llevarnos a un gobierno de ultraderecha? ¿Será que estamos destinados a que nuestra próxima presidente sea María Fernanda Cabal? fueron entonces algunas de sus preguntas”.
Por lo demás, se considera gracioso como para stand-up comedy y, a mi parecer, no llega a bufón de la corte. Entre sus “gracejos”, además del recién enunciado, está el juego de ping pong – chat con una de tantos influencers del escenario colombiano[2]. En mi cuenta de Facebokk “colgué” dos párrafos al respecto:
Señor Daniel Samper Ospina; Su carta a Margarita Rosa [3] es de una ramplonería y una zafiedad sin límite, propia del niño-bien que ha sido. Por ello, no merecería siquiera un comentario comedido (o, descomedido, si quieren) directo y al punto de controversia. Aun así, es algo inaceptable para dejarlo pasar, de manera que, ahí vamos.
Nacer en cuna de sedas y algodones y arrullado por «dejémonos de vainas» no da como resultados sino un clase media-gacetillero que se reclama gran Daniel entre los Danieles, lo cual no le otorga licencias especiales para denostar cuanto quiere y de quien le place.
Hoy agrego que su jactancia proviene de una cómoda postura “neutral” (no comprometida) en términos de vinculo político; se cree (usted y sus adláteres) del mundo de los ángeles guardianes de una caprichosa noción de democracia, ubicada en la mitad de todo y en lo que Marc Augé denominó “no-lugares”, lejos de “toda polarización tóxica”.
Según el decir de -no pocos- de esos «influencers», hoy hay que conformarse con el espacio que «nos dejan» para exigir el acatamiento a la constitución. Temen el desbordamiento de la ira de «la India-menta» y/o «la negra-menta», pero también de «nosotros, los carmelitos».
Son los santos y los samperes protegidos por el poder oligárquico quienes posando de izquierdas (a veces no) se mueven desde “el cuarto (¿o quinto?) poder”, desde “Alternativa”, pasando por CROMOS y Semana, hasta SOHO, dirigida por daniel-chiquito.
Somos cincuenta millones de habitantes y diez -tal vez- no estén en acuerdo conmigo (aunque me cabe duda por esa cifra, después de oír a la presentadora Bahamón) ¿será, amigos, que no podemos contra esta infamia?
En lo que pueda llamarse democracia, no es aceptable la altanería de los patanes, por dinero, reconocimiento y poder que amesen.
¡¡ El cinismo de los rúspidos, enseñoreándose con cara de seminaristas y proca-cidades en la punta de la lengua, veneno a punto de salpicar, para seguir destilando esa acidez de matón soplando el cañón del arma, es intolerable!!! No estamos enarbolando la bandera roja con la hoz y el martillo, estamos reclamando el derecho a vivir. La condición humana se reconoce siendo humanos entre humanos: mi humanidad reclama justicia.
[1] Como se dice en el litoral Caribe colombiano.
[2] https://cambiocolombia.com/los-danieles/carta-la-mencha
[3] https://www.infobae.com/colombia/2024/09/16/margarita-rosa-le-escribio-extenso-mensaje-a-daniel-samper-ospina
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