Adriana Salazar
Psicóloga de la Liberación y Educadora Popular.
Activista política en Fuera del Lugar
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Mi nombre es María Ofelia. Viví en Toronto hasta diciembre de 2014; me divorcié y regresé a Medellín, buscando tal vez, reconocimiento luego de años de vivir en el anonimato como colombiana exiliada con pasaporte canadiense.
En julio de 2024, decidí regresar a Canadá. Aunque soy independiente, emprendedora con negocio propio y experta en logísticas humanitarias con más de doce años trabajando con organismos de cooperación internacional en Colombia y Centroamérica, pensé en aportar a mi plan de pensiones canadiense trabajando de nuevo allí.
Llevo tres semanas aplicando a diferentes trabajos, no sólo de manera personal y directa, sino con el acompañamiento de expertos que trabajan en una de las tantas organizaciones no gubernamentales que reciben financiación de diferentes niveles de gobierno para brindar servicios a inmigrantes en Canadá. Así mismo, me suscribí a Job Bank Canadá, un sitio web y aplicación móvil gratuitos administrados por el gobierno federal que ayuda a los canadienses a encontrar empleo y a los empleadores a encontrar trabajadores.
Y aquí es donde empieza el “Fuera de Lugar”. De los cientos y tal vez miles de trabajos que allí se “guardan”, filtré y escogí los siguientes dos: 1) Ultra-form Manufacturing – Purchasing and Inventory Management Coordinator – Job Bank # 3130868; y 2) D-Express – Logistics Coordinator – Job Bank # 3133319, feliz de encontrar estas oportunidades de empleo, decidí aplicar online enviando mi hoja de vida y una cover letter, de carácter obligatorio en estas latitudes, o carta de presentación en la que una se “vende” en autoelogios .
La descripción de las posiciones y cargos requeridos eran perfectas para mi experiencia profesional. Como ciudadana canadiense, con credenciales internacionales, previos empleadores en Naciones Unidas, inglés y conocimiento avanzado en softwares de logística, me animé a visitar las instalaciones de las dos empresas, que además quedaban a sólo diez minutos de mi vivienda, en el “puerto seco” de Mississauga.
Mi idea era presentarme al departamento de Recursos Humanos (RH), decirles que había aplicado y que quería seguir conociendo la “maravillosa” empresa en la que tal vez, podría trabajar en el futuro.
En Ultra-form, un amable caballero me recibió y me dijo que alguien de RH me atendería. Y de repente, un hombre blanco de casi 1,90 de estatura, salió y sin mediar saludo dijo: It must be a mistake. Muy apenada, pensando que como inmigrante había cometido un error, saqué mi celular y le enseñé el correo en el que aplicaba a la posición, además del posting mismo en el Job Bank Canadá. Su respuesta fue clarísima: Administrative staff did the ad in Job Bank by an error, I’m gonna ask them to remove it – “ El personal administrativo hizo el anuncio en Bolsa de Trabajo por error, les voy a pedir que lo eliminen”.
Convencida ahora que tenía además la peor suerte del mundo al encontrar tal vez el único trabajo fantasma, me dirigí hacia D-Express a solo 3 minutos.
Allí, una mujer me recibió. Me atendió y me invitó a seguir a la sala de juntas. Pensé… “¡La hice! Al menos tendré una entrevista…” mientras veía pasar a la que después se identificaría como trabajadora del área de recursos humanos. Con mucha gentiliza me dijo: We are not hiring anyone rightnow. –“Nosotros no estamos contratando a nadie en estos momentos.” A esta altura, estaba completamente confundida. Le mostré nuevamente el email y la respuesta-automática recibida, el posting en la página del gobierno de Canadá. Any person could create a Gmail electronic address and upload in the Job Bank – “Cualquier persona podría crear una dirección electrónica de Gmail y subir un anuncio a la Bolsa de Empleo”, fueron sus últimas palabras mientras me “llevaba” de la sala de juntas a la salida en segundos. Otra oferta laboral fantasma.
Regresé entonces a la ONG y les conté a los asesores de Een búsqueda de empleo lo que me había sucedido, no una, sino dos veces.
Me hablaron por un buen rato… hasta que, dentro de las miles de explicaciones, escuché algo así como: Sometimes, really few companies regulated federally in Canada may create ghost jobs to receive dividends, exemptions, or just to fill quotas; we are sorry. – “A veces, muy pocas, empresas reguladas a nivel federal en Canadá pueden crear empleos fantasma para recibir dividendos, exenciones o simplemente para cubrir cuotas; lo sentimos.”
Ahora no tengo muy claro qué camino tomar, en Colombia. Seguir como emprendedora, generando empleo a otras mujeres, y transmitiéndole a cientos de turistas las bellezas de Medellín, siendo que, en realidad es una ciudad que está acabando con las pequeñas empresas, encareciendo y dolarizando hasta una arepa paisa que, en Parque Lleras puede costar hasta 50 dólares gringos. ¿Cómo puede competirse así?
En Logísticas Humanitarias, sí hay ofertas de empleo por los múltiples conflictos armados alrededor del mundo. Ppero trabajar para la guerra no es mi ambición. Además, tal como está sucediendo en Cisjordania y la franja de Gaza, el despliegue de ayuda humanitaria será entregada a ejércitos privados de mega-corporaciones de seguridad, gatillos-fácil a los que nos les “temblará el fusil” para reprimir y detener a sangre y fuego las multitudes de herman@s Palestin@s muriendo de hambre. En Canadá sigo buscando trabajo activamente. Sigo llenando formatos y aplicando a empleos que se ajustan a mi perfil profesional. Pienso en los cientos o miles de personas que, como yo, creen encontrar quehacer y remuneración en ofertas que resultan ser fantasmas. Cuando no recibimos respuesta, creemos que la culpa es nuestra y no del “perfecto, aunque desigual, sistema canadiense. Siempre nosotros en fuera del lugar.
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