
Puno Ardila Amaya
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De vuelta por algunas regiones de Colombia, llegamos a Pereira, la Perla del Otún, querendona, trasnochadora y morena, de gentes amables y procesos interesantes. Aquí también, como en Armenia, se mantiene una campaña social para mejorar el tránsito, para que los conductores no piten, y se nota, porque el ruido de la calle es algo más tolerable, aunque claro que lo hay, por supuesto. Falta mucho aún, pero, de todos modos, es un avance interesante para la convivencia.
Hay transporte público en canastillas por cable, que une el centro con una zona periférica. La gente no lo usa suficientemente, y la empresa anda en crisis; el comentario general es que este proyecto responde al embeleco de un alcalde y no a la necesidad popular verdadera. Su réplica en otros espacios, como Bogotá o el área metropolitana de Bucaramanga, podría ser una solución muy interesante, que seguramente entraría en crisis también, cuando la gente evada el pago y cambie esta alternativa colectiva por el transporte en moto de alquiler.
Para el próximo fin de semana está convocado el Festival Nacional del Bambuco Luis Carlos González. En Colombia, los festivales y los encuentros musicales tienden hacia el segundo semestre, por razones de gestión, especialmente con el apoyo oficial, que en Risaralda se ve en espacios físicos y en actividades de capacitación y divulgación; sin embargo, aquí también la mayoría de los lugareños ignora por completo quién es Luis Carlos González, como en el Socorro (¡horror!) tanta gente blanquea los ojos cuando se le pregunta quién era José Morales, precisamente en los días del Concurso Nacional de la Canción Inédita José A. Morales. Aquí, como en todo el país, las músicas tradicionales fueron relegadas al cuarto de san Alejo, sin posibilidades frente al ruido de moda.
Las calles, a pesar de lo accidentado del terreno, son bastante transitables, y las carreteras permiten disfrutar del paisaje. El aceptable estado de las vías despierta nuestra curiosidad frente a todo el movimiento político que le ha echado mano al erario para beneficios particulares. Frente a ello, la voz de nuestro anfitrión se repite, como lo dijo en Antioquia y en el Valle del Cauca: «Aquí también roban, pero dejan para las obras». Lástima que en Santander se la roben prácticamente toda.
Mensæ tegumentum. Estados Unidos ya viene por Venezuela, y comenzó también la “gestión” antidiplomática como movida inicial para venir por Colombia. La cuarta parte de los colombianos clama; a la otra cuarta parte le encanta la idea de ser invadidos, para que “Tron” haga lo suyo; la mitad restante no tiene idea de qué le están hablando, ni le interesa saber. Lo que verdaderamente está haciendo lo suyo es el soma de las redes sociales.


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