Si el Congreso se pone serio, esta Navidad será más roja que los gorros de Santa Claus.

Gustavo Melo Barrera
•
Mientras los niños escriben cartas a Papá Noel pidiendo bicicletas y videojuegos, hay un grupo selecto de adultos en Washington que espera regalos muy distintos: inmunidad judicial, borrado de correos comprometedores, y si se puede, un indulto envuelto en papel de la Constitución. Hablamos del séquito de Donald Trump, ese pesebre político donde los narcos, los evasores fiscales y los nostálgicos del Ku Klux Klan se dan la mano como si fueran los tres reyes magos del cinismo.
Pero este diciembre, los villancicos suenan desafinados. El Congreso estadounidense ha desempolvado más de 20.000 documentos del caso Epstein, y entre los nombres que aparecen en los correos del difunto pederasta hay uno que brilla como estrella de Belén: Donald Trump. Según los archivos revelados por el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, Epstein escribió que Trump “sabía lo de las chicas”. No las de cheerleader, sino las menores de edad que circulaban por sus fiestas como si fueran parte del catering.
Regalos judiciales bajo el árbol
Si los jueces se despiertan con espíritu navideño y sentido de justicia, los regalos podrían incluir:
• Una citación judicial para Trump, envuelta en papel de evidencia digital, con moño de correos electrónicos donde Epstein lo menciona como cómplice pasivo.
• Un proceso penal para Marco Rubio, secretario de Estado que ha sido señalado por organizaciones de derechos humanos por su rol en la política migratoria y las muertes en el Caribe. Si se investiga a fondo, podría recibir un “regalito” de la Corte Suprema: una orden de comparecencia con aroma a justicia internacional.
• Unas esposas para los narcos que financiaron campañas, porque si algo ha demostrado la historia reciente es que el dinero sucio no solo lava conciencias, también compra votos.
El pesebre Trumpista
En el pesebre de Mar-a-Lago no hay mula ni buey, pero sí hay:
• Steve Bannon, el pastorcito que en vez de incienso lleva teorías conspirativas.
• Ivanka Trump, la virgen del nepotismo, que mira al horizonte esperando que los fiscales se distraigan con TikTok.
• Jared Kushner, el niño Dios del lobby saudí, que ya tiene su propio fondo de inversión como regalo anticipado.
Y en lugar de oro, mirra y incienso, los Reyes Magos traen:
• Criptomonedas no rastreables
• Pasaportes diplomáticos falsos
• Un manual de cómo evadir la justicia sin perder seguidores en redes
El Congreso como Grinch
Pero no todo es fiesta. El Congreso, ese ente bicéfalo que a veces legisla y otras veces duerme, ha decidido jugar al Grinch. Los demócratas han filtrado correos que vinculan a Trump con Epstein, y los republicanos, en un acto de cinismo navideño, han publicado aún más documentos para “demostrar” que todo el mundo sabía lo que pasaba, pero nadie hizo nada.
Es como si en vez de apagar el incendio, decidieran prenderle fuego al árbol de Navidad.
¿Y los narcos?
Los narcos, esos benefactores involuntarios del sistema financiero estadounidense, también esperan su aguinaldo. Si las investigaciones avanzan, podrían recibir:
• Embargos a sus cuentas en Miami, justo cuando pensaban comprar una mansión frente al mar.
• Extradiciones express, con vuelo directo a prisiones federales decoradas con luces LED y cámaras de vigilancia.
• Confiscación de bienes, incluyendo yates, relojes de oro y colecciones de arte que ni sabían pronunciar.
Pero si el Congreso se distrae con las elecciones o con el nuevo escándalo de TikTok, podrían recibir el mejor regalo: impunidad envuelta en silencio institucional.
El juicio final (versión navideña)
Imaginemos la escena: 24 de diciembre, sala de audiencias, Trump entra vestido de Santa Claus, con un saco lleno de excusas. Epstein no puede declarar, porque está muerto (o eso dicen). Rubio niega todo, mientras en el Caribe siguen apareciendo cuerpos de migrantes. Y los jueces, entre el pavo y el champán, deciden postergar el veredicto para enero.
Porque en Estados Unidos, la justicia también toma vacaciones.
Epílogo: ¿Qué pedirle a Santa?
Si usted es ciudadano del mundo y aún cree en la justicia, esta Navidad puede pedir:
• Que el Congreso no se haga el loco.
• Que los jueces lean los correos antes de archivarlos.
• Que los narcos no reciban más contratos públicos.
• Que los políticos gringos recuerden que la Navidad no es solo para los ricos.
Y si todo esto falla, que al menos Papá Noel les deje carbón. Mucho carbón. Porque si algo han demostrado, es que tienen el alma más negra que la noche del 24.
Y para completar el árbol: Este diciembre, Petro le enviará a Trump un regalo envuelto en soberanía: una caja vacía con la etiqueta “Inteligencia no disponible”. Dentro, una nota escrita a mano: “Colombia ya no juega a ser satélite”. Es el recordatorio navideño de que los tiempos cambiaron, y que los presidentes latinoamericanos también pueden decir “no” cuando la diplomacia se parece demasiado a la extorsión con corbata.


Deja una respuesta