El Ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, hace parte del sector del Partido Verde liderado por Carlos Amaya. Sus copartidarios, los senadores amayistas, no votaron por la candidata a magistrada de la Corte Constitucional respaldada por el gobierno. Y eso que hacen parte de la coalición que apoya al Presidente Petro.
Este cobró la deslealtad pidiendo la renuncia de Sanguino, el ministro que logró sacar adelante las reformas laboral y pensional con las que se promueven la estabilidad contractual, los salarios justos, los derechos laborales para personas cuidadoras y la reparación colectiva del movimiento sindical victimizado por la violencia.
Cosas raras de la vida política: uno de los ministros con más logros en su haber, es renunciado porque sus conmilitones no respaldan una candidatura a magistrada. Candidatura que ni siquiera fue propuesta por el Presidente.
Quedan un par de preguntas en el aire: ¿Qué valor les agrega o les quita a las ejecutorias de un ministro lo que sus amistades políticas hacen o dejan de hacer en el Congreso? ¿El Gobierno del Cambio, puede cambiar la costumbre política según la cual importa más la obediencia de una bancada parlamentaria que la calidad de un funcionario cercano a ella?
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