
Harold Ruiz Moreno
Periodista, politólogo.
Director del programa radial Ciudadanos en Acción en la emisora Ecos de pasto
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En Colombia nos ufanamos de tener la democracia más estable de Latinoamérica. Fuera de la interrupción provocada por el general Rojas Pinilla, siempre gobernaron los partidos liberal y conservador.
Durante varias décadas hubo intentos de enfrentar ese bipartidismo, pero siempre fracasaron: el UNIR en la década de los años 40s del siglo pasado, el MRL en los 60s y la permanente presencia electoral del Partido Comunista y sus aliados de ocasión. Durante el Frente Nacional (1958-1974) ni la ley permitía el acceso de otros partidos al gobierno, ni esos partidos tenían la fuerza suficiente para hacerlo.
Ese tipo de exclusión política fue parte de las condiciones que hicieron posible la creación de las guerrillas en Colombia.
Al mismo tiempo, ese sistema político excluyente se nutría de alianzas con el narcotráfico y el paramilitarismo, haciendo de la corrupción un método para lograr la gobernabilidad. Así, lograron el control del Estado, lo pusieron al servicio de los poderosos y saquearon sistemáticamente las finanzas públicas.
Todo esto nos deja un saldo de más de un millón de muertos, 10 millones desplazados, el asesinato de 5 candidatos presidenciales (Jaime Pardo Leal, Luis Carlos Galán, Bernardo Jaramillo, Carlos Pizarro y Álvaro Gómez) el extermino de un partido político como la Unión Patriótica y la persecución a movimientos políticos como ALUCHAR.
También nos deja un saldo de ignorancia y brutalismo: gente como la Senadora María Fernanda Cabal que niega la violencia que ha ocurrido y desconoce los pronunciamientos del sistema latinoamericano de protección de derechos humanos que ha condenado al Estado colombiano.
Pero no todo es muerte y tontería. A principios de la década de los 90s del siglo pasado, el pueblo colombiano hizo un proceso constituyente que dio a luz la constitución de 1991. Esta, acabó con el bipartidismo y permitió el surgimiento de nuevas expresiones políticas que pueden usar los mecanismos de participación política democrática.
Pueden hacer, por ejemplo, consultas internas y abiertas para seleccionar a sus candidatos, como hizo el Pacto Histórico el pasado 26 de octubre. Ella no coincidió con otra elección y se constituyó en la consulta interna que más votos ha logrado en un periodo considerado tiempo frío o momento no político ni electoral.
Así, se seleccionó al senador Iván Cepeda Castro como precandidato presidencial y se configuró el orden de sus listas al Senado y a la Cámara en la mayoría de departamentos del país. Todas ellas serán cerradas y paritarias.
Por su parte, el partido Centro Democrático ha definido que seleccionará su candidato o candidata mediante una encuesta que se realizará al final de este mes de noviembre. Adicionalmente, se promueve el Frente Expresidencial (F.E.) con nombres aún no definidos: Uribe-Pastrana o Uribe-Gaviria, o Pastrana-Gaviria. O todos juntos. Están sumamente preocupados porque su sistema democrático de privilegios se ve amenazado si el progresismo sigue gobernando en beneficio de las grandes mayorías de la nación.
Les preocupa también que el progresismo reclame soberanía a los amos del norte, siendo que ellos siempre han sido unos obedientes mayordomos del patio trasero de los gringos. El F.E. se indigna porque la indiamenta, los zarrapastrosos pidamos a los yankis trato justo y respeto para con la nación. Esos ex quieren seguir de cipayos, orgullosos de que sus amos tengan 9 bases militares en territorio nacional y sean propietarios del armamento que protegía la Casa de Nariño
Están asustados porque el constituyente primario se expresa y muestra su voluntad de poder, como ocurrió con la consulta del Pacto Histórico.
Entonces, hoy convocan a sus fieles a conspirar para derrocar al gobierno Petro. Velada y abiertamente incitan a destripar al progresismo y a la izquierda, según lo afirmaron el abogado que tumbó a DMG y un supuesto humorista con pasado criminal. Llaman a dar bala o bate, como dijeron La Bella y La Bestia en Medellín. Proponen ilegalizar la izquierda como lo propuso la senadora Cabal.
La respuesta a tanta ignorancia, que, por ignorancia es atrevida y violenta, y a tanta mentira, que, por mentira apoya a la violencia, debe ser la política del amor.
Hay que construir un bloque de mayorías nacionales, unidas en un Frente Amplio que pueda ganar las elecciones presidenciales y obtener la mayoría parlamentaria. Me parece que Iván Cepeda es la prenda de garantía para evadir el camino del odio y la guerra infinita; la prenda de garantía para seguir cambiando, para seguir avanzando en la política del amor.


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