
Luis Eduardo Celis
Sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia y analista de las violencias organizadas y sus perspectivas de superación
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En las últimas semanas le he preguntado al ChatGPT por qué no ha sido posible un acuerdo de paz con el ELN.
Las respuestas varían de consulta en consulta, pero en general las razones que el ChatGPT presenta son las siguientes:
El ELN no tiene interés en un acuerdo de paz.
El ELN ahora es codicioso y está tomado por el narcotráfico y el aprovechamiento de recursos.
El ELN no tiene orden interno, son un desorden como organización y eso hace inviable construir un acuerdo de paz.
El ELN es controlado por el régimen venezolano y no se les permite avanzar en la paz / El ELN tiene como prioridad ser una fuerza paramilitar en Venezuela.
Discrepo de estas consideraciones, que se ocupan la mayoría de los análisis y argumentaciones.
La paz con el ELN sigue siendo un reto presente.
Por supuesto, hay que entender el reto y cómo asumirlo.
Una paz con el ELN transcurre por este proceso que tiene una secuencialidad: bilateralidad, participación amplia de la sociedad colombiana para acordar transformaciones, y hacer realidad esas transformaciones con la participación del ELN.
Algunos analistas dicen que esta es una negociación inviable con ese planteamiento del ELN: bilateralidad, participación, transformaciones y certeza frente a esas transformaciones hechas. Yo creo que es una negociación muy difícil y que hay que intentarlo.
Tenemos un logro: el acuerdo de participación. Veremos quién gana la presidencia y si quiere asumir este reto.
Lo que sí creo con evidencia es que el Estado colombiano no tiene la capacidad de controlar al ELN y mucho menos de derrotarlo.
El ELN de hoy tiene más capacidad que el ELN del 2015 y mucho más que el ELN del 2005.
Quien diga que va a derrotar al ELN tiene que resolver un asunto: sacarlos del territorio, tarea dura por no decir imposible.
Un proceso de paz con el ELN sigue siendo un reto presente.
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