Heliodoro Argüello Arias
Profesor Titular pensionado, Universidad Nacional de Colombia
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El presidente Petro en su alocución del 7 de agosto, con ocasión de cumplirse los dos primeros años de su gobierno, enumeró 15 logros, todos ellos muy importantes, especialmente en términos del balance económico y de los subsidios dirigidos a los pobres de Colombia. Sin embargo, no pareció concederle importancia alguna a tres de las carencias que más golpean a la población empobrecida: acueductos, saneamiento básico y educación rural. Estas necesidades se pueden satisfacer mediante un plan de choque, sin necesidad de hacer una reforma con trámite legislativo.
Según el DANE (2019), aproximadamente 6,6 de cada 100.000 niños y niñas fallecieron por causas relacionadas a la enfermedad diarreica. Esta enfermedad se podría prevenir con el consumo de agua tratada y el acceso a puntos de lavado de manos. El mismo estudio mostró que 13,3 de cada 100.000 niños y niñas fallecen por infección respiratoria aguda. Dicha enfermedad también se asocia al consumo de agua sin tratar y la falta de prácticas clave de higiene. Así mismo, en muchos sitios del país, las personas que recogen agua en los hogares, principalmente niñas, adolescentes y mujeres, pueden tardar hasta 5 horas de su día. El tiempo dedicado en este proceso genera el riesgo de abandonar el estudio.
Sumado a lo anterior, aproximadamente 1.4 millones en Colombia de personas defecan a campo abierto; no cuentan con baños, letrinas ni otra opción. Directamente, estas personas tampoco cuentan con puntos de lavado de manos para mantener prácticas clave de higiene. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 5 infecciones respiratorias y 1 de cada 3 enfermedades gastrointestinales se pueden prevenir gracias al lavado de manos, pues en 1 centímetro cuadrado de nuestras manos pueden vivir hasta 1.500 bacterias, Sin embargo, de acuerdo con el índice Welbin 2022, en Colombia solo 5 de 10 escuelas rurales cuentan con puntos de lavado de manos funcionales para sus estudiantes.
La problemática descrita, anteriormente, se extiende a la calidad de alimentos regados con aguas residuales. Durante mi trabajo como docente investigador en la Universidad Nacional me encontré que la escasez de agua en el oriente de Cundinamarca, ha obligado a los campesinos a regar los cultivos con aguas residuales, las cuales son transportadas, a través de mangueras instaladas en las alcantarillas del casco urbano municipal.
“La pérdida de la vida de un niño o niña destroza a las familias. Pero el dolor se intensifica cuando esa muerte es evitable y está causada Por la falta de acceso a infraestructura, instrumentos o prácticas que les permita solucionar sus necesidades básicas. Algo tan sencillo como la posibilidad de usar agua potable, saneamiento básico y jabón. Al respecto, dijo Sanjay Wijesekera, director global de programas de UNICEF. «Invertir en servicios de agua, saneamiento e higiene resistentes al clima no es sólo una cuestión de proteger la salud de los niños, niñas y adolescentes hoy, sino también de garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras». Las comunidades tienen la expectativa de que ojalá este gobierno destine los recursos necesarios para que el agua potable y el saneamiento básico, en los municipios carentes de estas necesidades básicas, no sigan siendo el obstáculo, que son hoy, para que especialmente sus niños puedan crecer sanamente.
Otro aspecto que también golpea al sector rural y sobre el cual hay una gran expectativa de cambio, es la brecha en educación.
Teniendo en cuenta que los colombianos que se autoidentifican como campesinos mayores de 15 años y viven en zonas con predominio rural suman 10 millones de personas, la situación de los jóvenes y adultos campesinos en el país en el ámbito educativo se pone de manifiesto al examinar algunas de las cifras disponibles según el censo nacional de población del 2018, las cuales se resumen en el siguiente cuadro:
Analfabetismo % | Número de años cursados promedio | Educación media completada % | Tránsito hacia Universidad % | |
Casco urbano | 3.1 | 9.81 | 52 | 49.1 |
Zona rural | 12.1 | 6.12 | 29 | 10.5 |
Con base en el cuadro anterior, la brecha en analfabetismo se ubica en 9 puntos porcentuales. Sin embargo, al examinar en detalle el censo de 2018, la brecha es más amplia si se comparan los municipios categorizados como rurales dispersos en contraste con las ciudades (definidos a partir de la Misión rural); mientras en las ciudades la tasa de analfabetismo es de 2,8%, en los municipios rurales dispersos es de 12,5%, lo que implica que la brecha es de 9,7 puntos porcentuales. Así mismo, en las zonas PDET la tasa de analfabetismo es de 9,3%, con algunas subregiones con niveles más altos como Montes de María y Chocó, donde llega a 16,8% y 15,1% respectivamente.
La brecha relacionada con el número de años promedio de educación entre los jóvenes en cascos urbanos comparados con los que viven en zonas rurales es de 3,7 años; mostrando que predominante los jóvenes en el campo solo llegan a culminar su primaria. Así mismo, Las bajas coberturas en educación básica secundaria y media, junto con los problemas de calidad, generan bajas tasas de finalización de la educación media rural comparada con la urbana con una brecha del 23%.
La brecha en el tránsito a la educación superior desde el sector rural es del 38,6. Solo el 10.5% de quienes terminan secundaria en las zonas rurales llegan a una Institución de educación superior. Aunque el SENA tiene alrededor de 120 centros de formación técnica en el país, muy pocos de ellos están cerca de las zonas rurales dispersas, por lo que benefician solo a habitantes de los centros urbanos y sus alrededores. Las soluciones propuestas en infraestructura para superar los inaceptables galpones escuela que tienen muchas veredas del país, programas educativos pertinentes a los territorios, dignificación y estímulos para que los docentes se inserten en las comunidades rurales, y una mayor presencia del SENA en las regiones dispersas, son anhelos que bien pueden realizarse si hay decisión política.
El presidente y la vicepresidenta tienen la posibilidad de hacer realidad lo prometido en la campaña. Petro puede dar instrucciones precisas, claras, sin rodeos, para que procuren soluciones que dignifiquen la vida de las poblaciones más afectadas por el conflicto social. Francia, por su parte, puede coordinar buena parte de esas actividades, desde el Ministerio de Igualdad y Equidad que está a su cargo. Así se construye paz.
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