
Juliana Villegas
Periodista y diseñadora gráfica
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Oye, cielo, cómo te parece, Juemadre. Yo es que empiezo a ver hilos que se unen. Recuerdo como si fuera ayer cuando ya estaban que publicaban el que llamaron Informe de la Verdad, en 2022. Me interesó mucho el lanzamiento del capítulo de las comunidades étnicas.
Y allá me fui, al auditorio de la Tadeo, esa universidad que queda en el centro de Bogotá; es lindo ese lugar, allá hacen conciertos, ¡y es de una acústica! Claro, llegó el presidente de la Comisión de la Verdad, Francisco de Roux, esejota. ¡Cuando qué veo: con uno de los mayores responsables de lo que decían en ese capítulo, de los desplazamientos y matanzas en los territorios étnicos, Juan Manuel Santos! Y lo es porque impulsó su tal locomotora minera. Claro, ahí en el capítulo no decían: ¡culpable Juan Manuel Santos! No. Son los hilos que yo junto.
Y lo invitó el padre al lanzamiento, lo puso en primera fila y le dio la palabra. Claro, dirán, si era premio nobel de paz.
Así que yo iba mirando cómo sucedía todo en ese teatro de la cultura. Me sorprendió que buena parte de la gente de las etnias que asistió aplaudió a la llegada del presidente de la Comisión y del expresidente de la República. Y con esa acústica que te digo, pues, sonaba claritico. Pero, a quién decirle lo que estaba yo sintiendo.
Acá viene lo que, sobre todo, quiero decirte de ese suceso: tomó el micrófono don nobel y empezó a hablar. Como a la mitad de su perorata y porque por esos días el finado Francisco… el papa, el papa… había estado en Canadá pidiendo perdón por los abusos de la Compañía de Jesús con muchas niñas y niños, Juan Manuel Santos se refirió a eso y le dijo a Francisco de Roux, palabras más, palabras menos: padre, acá la iglesia tendrá que, también, pedir perdón por lo que ha hecho. Me quedé súpita, para qué voy a decir otra cosa. ¡Santos, diciéndole eso a De Roux!
Así pasó, cielo.
Eso fue en mayo de 2022. Ayer prendí el radio, ¡cuando qué escucho!: el 25 de abril, a unos pasos de la Plaza de Bolívar en Bogotá, en las afueras de uno de sus colegios, los jesuitas tendrán que pedir perdón públicamente por los abusos cometidos por uno de esos sacerdotes a una familia entera en los años 70. ¡Uy, los hilos, los hilos! Es la primera vez que eso sucede aquí, si no estoy mal. Y les tocó a los jesuitas bajar el tuste. Ese señor abusador de niños, padre jesuita, decano de Odontología de la Universidad Javeriana, era un pederasta (digo “era” porque se murió ya) y muchos de los jesuitas sabían y no decían nada, puedo sospechar el porqué.
Pues, nada. Solo quería contarte eso. Voy a ver si alcanzo a llegar a eso que sucede por primera vez en siglos en este país. Luego charlamos.
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