
Miguel Ángel Rubio Ospina
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Los dos fueron en el pasado excelentes políticos, Petro brilló en Cámara de Representantes y en el senado por su buena oratoria y su capacidad para dar debates de altura, en la alcaldía, aunque no le fue tan bien mantuvo y construyó un capital político que lo convirtió en el líder natural de la oposición durante casi 15 años.
Fajardo fue un gran alcalde para Medellín y gran gobernador de Antioquía, a diferencia de Petro su talento no estaba en la oratoria sino en su imagen de melenudo y matemático, fresco y desparpajado, sin correa y con una habilidad para vender mantras que sus seguidores repiten, va por su cuarta candidatura esta vez parece con serias opciones de pelar en segunda vuelta contra el candidato petrista.
¿Y dónde está el parecido se preguntarán los amables lectores? Ese parecido está en dos cuestiones fundamentales.
- El cansancio del electorado con la clase dirigente actual, a la cual la izquierda vieja y rancia que representa Petro y el Pacto Histórico se inserta, demostrando incapacidad para generar el cambio prometido. Esto se explica, porque Petro y su gente llegaron montados en el caballo de los errores del duquismo y la derecha, pero no tenían un proyecto de país viable, técnicamente posible y financieramente realizable. Ante una debacle como la de duque, un discurso de esperanza fue el de Petro, lo que no necesariamente era la mejor opción, pues ante Fico y Rodolfo Hernández, no había manera de perder.
Fajardo en este aspecto expresa el cansancio del país con la derecha y con el rápido desgaste del petrismo, está capitalizando este descontento en su discurso yéndose de frente contra el gobierno e interpretando un sentir que erróneo o no, flota en el aire político, Fajardo se montó en el mismo caballo de Petro, el de los errores del gobierno pasado, estrategia que si sabe cabalgar le puede dar la tan buscada presidencia.
Segundo Parecido
- La cantidad de intentos electorales: Petro intentó ser presidente 3 veces, en el 2010, en el 2018 y en el 2022, logrando serlo en la última. El panorama de candidatos que enfrentó fue de neófitos e inexpertos, que no conocían el país y que no pudieron ante la experiencia política de un candidato curtido de hacer campañas, a eso debe sumársele las alianzas que hizo, el cambio de tono en la candidatura y la estrategia y el capital político construido con las listas del PACTO HISTÓRICO a la Cámara de representantes y al Senado.
Fajardo por su parte, va por su tercera candidatura y media, pues en la del 2010, se bajó a favor de Mockus en la llamada Ola Verde. Volvió a lanzarse en el 2018, 2022, y anunció e inscribió su candidatura para el 2026, en la cual va a ser, contra todos los demás aspirantes que están en la palestra, el candidato con más experiencia en campañas presidenciales, incluso contra Vargas Lleras que de llegar a definir su candidatura iría por la segunda, y que a pesar del conocimiento que tiene del estado, de su experiencia como vicepresidente y senador, no repunta en las encuestas, pues su formato de bogotano encorbatado poco le ayuda. Contra Fajardo se van a enfrentar figuras como Vicky Dávila, que viene del periodismo y que no tiene conocimiento de lo público, María Fernanda Cabal que sólo ha estado en el congreso, Paloma Valencia, senadora, JP Hernández, senador e influencer, y los demás casi 75 aproximadamente, entre ellos el que se disfraza de BATMÁN, ninguno conocido o con experiencia en campañas presidenciales, sin cargos ejecutivos y sin el conocimiento del país que tiene Fajardo debido a su recorrido como tres y veces y media de candidato, sumado a los casi 70 años de edad que le dan una sabiduría y aguante en contra de lo emocionales que son los otros.
Y esos parecidos razonables, son precisamente lo que debería llevarnos a pensar dos veces en votar por Fajardo, porque para lograrlo deberá recibir en una probable segunda vuelta contra el débil e inexperto candidato petrista cualquiera que este sea, los votos de la derecha que siempre ha criticado, pero que siempre lo ha apoyado soterradamente, deberá hacer acuerdos políticos para impedir que el gobierno tenga un segundo tiempo, y esos acuerdos tendrán un costo, ya lo vimos con Petro y lo veremos con Fajardo.
El panorama de Fajardo comienza a enrarecerse con su reciente alianza con el MIRA, partido que ha sido participe de la política tradicional de derecha, que ha apoyado políticas contrarías a las defendidas por el matemático, que representa todo lo contrario a su discurso, (a menos que sea eso, discurso y nada más), máxime cuándo su tono en los últimos días ha cambiado, se ha vuelto más agresivo, mas confrontacional, mas mediático y viral, cada vez se parece un poco cada día al Petro candidato que tanto critica… ¿veremos a un fajardo Mr. Hyde en presidencia justificando con cualquier malabarismo discursivo cómo lo hace Petro sus alianzas y decisiones contrarías a sus promesas de populismo moral y ético?
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