
Erika Tatiana Jiménez Aceros
filósofa (Universidad Industrial de Santander, Colombia), magíster en Estudios Internacionales de Paz, Conflictos y Desarrollo (Universidad Jaume I, España) y candidata a doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Salamanca. Activista por la paz, poetisa y gestora de proyectos de cooperación internacional Ha recibido el Premio de Poesía “Palabras para Ucrania” y actualmente lidera El Lenguaje del Perdón, un proyecto de talleres y publicación colectiva orientado a víctimas y firmantes de paz.
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TE ESCRIBO
Te escribo como si fuera todo lo que tengo
Invento palabras en todos tus idiomas
Que nacen de mi encuentro con la realidad.
Te escribo
Aquí ya es media noche
El ruido cierra sus ojos para dormir
Y yo te escribo.
Escribo
Para renunciar al tedio,
Al hambre, a la soledad, al abismo y a la nada.
Escribo porque no quiero hablar de la guerra
Que es impúdica, obliga al exilio,
Al silencio, al llanto desde adentro
A las miradas perdidas, y al hades.
Te escribo para que la libertad no sea sólo una palabra,
Para que lo siniestro se transforme en el verbo amor,
Para que la verdad no sea una mujer desconocida.
Te escribo para pintar coordenadas,
Que me lleven hacia ti
Y juntas ser resistencia.
Busco algo más que escribir
Busco no confundir a la revolución
Que es certera cuando protesta.
Te escribo
Y estos versos hacen que te conviertas en poema
Para que grites,
ahuyentes a los perros que algún día ladraron a Sancho Panza y a Don Quijote.
Eres poema
Mientras al otro lado del mundo, ya es de día
Y alguien riega las orquídeas que pronto abrirán sus pétalos.
Te escribo para que no seas pasado,
Para teñir la bandera blanca de los colores amarillo, azul y rojo.
Te escribo para grabarme tu sonrisa
Y ponerla de escudo en la puerta de mi casa.
Te escribo
Desconozco tus fronteras que me hacen llamarte: ¡Patria!
Recitar tu himno como una oración, que hago antes de que salga el sol.
Te escribo ¿A caso es todo lo que tengo?
Entonces, estas palabras más que mías son tuyas. No las quiero.
EL POEMA PARA COLOMBIA.
El poema se detiene en tu nombre:
Corazón de
Oro
Libre
Obstinado que
Muestra lo
Bueno, lo
Incesante ante la
Adversidad.
El poema Imagina sus paisajes
De norte a sur, de este a oeste
Busca algo que lo llene de recuerdos
Una foto, una palabra, una bandera y una voz.
El poema se convierte
En aquellas cosas que el tiempo transforma en déjà vu
Donde la memoria juega a la libertad
Entre suspiros y canciones de primavera.
El poema se detiene
En el abrazo del reencuentro,
en la sonrisa dibujada en un papel
y el beso del primer amor.
El poema canta
Tararea una canción tan azul como sus océanos y sus mares,
que sabe a libertad y esperanza.
El poema avanza entre utopías
que se escriben en una biblioteca pública de alguna cuidad con luz
camina por los pasillos con los pies descalzos
ojeando libros que hablen de justicia y paz.
El poema se convierte en verso
Y titilan en las pupilas
De los rapsodas
Quienes recitan como un rezo
Los Poemas de María Mercedes Carranza.
Ahora el poema baila
se distrae con el movimiento de la cumbia
el ritmo lo hace murmurar:
“Ojalá algún día pueda aprender todos tus idiomas,
Volver a pisar su suelo, tocar sus flores, dibujar sus sueños” …
El poema habla
susurra a mi oído unas palabras
tiembla de alegría el alma
Y mi voz sale como un eco repitiendo
Colombia, Colombia, mi querida Colombia.
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