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Aquí están algunos poemas de Rocío Ramírez. Llenos de gracia y mensajes encriptados. Son metáforas que ponen en cuestión lo que la cutura ha creado como modelo de mujer. También son burla fina. Gracias Rocío
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La democracia en Colombia no ha muerto, pero sí anda con suero, una bata que apenas la cubre y un letrero en la espalda que dice “no molestar, en recuperación”. ¡Que viva la democracia… aunque sea en cuidados intensivos!
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Desde todos los frentes se escuchan ya voces asegurando quién está detrás del atentado. Algunos acusan al gobierno, otros a la extrema derecha, otros a disidentes, a mafias, a enemigos invisibles. Pero lo cierto es que nadie sabe todavía.
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Son tan hábiles, que logran penetrar en los medios y, hoy, en las redes. Desde allí, desinforman, acusan y juzgan sin contemplación alguna. La verdad real, mientras tanto, empieza a desfigurarse o a perderse.
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Microrelatos del libro El pájaro que no canta de la escritora costarricense, radicada en Colombia, Jacqueline Coto Torres que con perspicacia y a veces con humor recrean una realidad que parece ficción.
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Matrioshka es un filme actuado sólo por actrices y ello es un respiro para el espíritu acostumbrado a las maneras y construcciones amorosas y sociales gestadas por las historias en las que los hombres tienen el protagonismo.
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En otras palabras, el afán de protagonismo, los cálculos electorales y las ambiciones personales se antepusieron a la consecución de un acuerdo político permanente.
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Víctor Solano Franco Comunicador social y periodista • Por más que uno intente comprender la lógica militar detrás de una guerra —ese exabrupto humano que deberíamos haber superado hace siglos—, hay límites éticos y jurídicos que jamás deben cruzarse. Israel, en su ofensiva actual sobre la Franja de Gaza, ha traspasado esos límites de…
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Escuchar a esos «grandes periodistas» ya no informar sino interpretar las noticias, sembrar cizaña en cada comentario, replicar una y otra vez sobre los hechos, especular y tergiversar sobre lo que consideran son los impactos de las políticas del cambio, es francamente intolerable. Como diría mi abuelita Laura Rosa: no les corre sangre por…