La grosería como virtud: anatomía de un lenguaje que perdió la vergüenza

Estudió Derecho y Comunicación Social. Es facilitadora de procesos humanos conscientes

El lenguaje solía ser un lugar de encuentro. Hoy se usa solo para marcar posición, exigir validación o reafirmar el ego

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12 respuestas a «La grosería como virtud: anatomía de un lenguaje que perdió la vergüenza»

  1. Avatar de Edgar Torres
    Edgar Torres

    Esta columna, que parece algo espontáneo y prosaico, es un profundo reclamo para superar las denuncias de Armand Matelar sobre la comunicación del Pato Donald y regresar al lugar comunicativo de Kant. Ojalá los profesores de comunicación pudieran siempre hablar con esa llaneza sin pretensiones.

    1. Avatar de Marian
      Marian

      Gracias Edgar

  2. Avatar de Laura
    Laura

    Considero que la columna aboga por una buena convivencia y eso es loable. Sin embargo, abogar por las «buenas» formas me resuena como «todo tiempo pasado fue mejor porque no decíamos groserías» y la verdad es que en el pasado por guardar las buenas costumbres y las «buenas maneras» hubo grandes silencios ante violaciones de derechos. No por hablar «bonito» se habla «bien», no por evitar un insulto se deja de ofender. Dirimir los conflictos incluye la invectiva, incluye la agresión verbal y eso es preferible a la agresión física, a la muerte. Fíjense como en Colombia en el pasado nos enseñaron las buenas costumbres con el manual de urbanidad de Carreño y con el «buen hablar» de Caro y se dieron las más cruentas guerras y masacres, época de violencia terrible. Para mí no importa tanto el tono o si hay groserías o no, importa el respeto por la vida del otro, la sensibilidad. Por supuesto que hay que medirse, pensar antes de hablar, pensar en las consecuencias de lo que decimos, pero no cohibirnos porque esa autorepresión solo genera nuevas violencias.

  3. Avatar de
    Anónimo

    Gracias por leerme Laura 🙂

  4. Avatar de Carmen Anachury Diaz
    Carmen Anachury Diaz

    En la democracia anarquista siglo 21, todo es posible a punto de sacrificar la verdad argumentada como esencia del debate.

  5. […] La grosería como virtud: anatomía de un lenguaje que perdió la vergüenza Cómo nos conquistaron sin disparar un tiro, y cómo seguimos aplaudiendo al que nos borra, mientras ignoramos al que nos parió. Hablemos de ciberseguridad […]

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