
Walter Aldana Q

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SUS COLUMNAS
- Los campesinos no son secuestradoresSe ha invertido la lógica: a quienes la Constitución y la Ley reconocen el derecho a gozar de la protección Estatal, hoy se les demanda que protejan a los funcionarios del Estado.
- Un discurso claro, para época turbiaLo que está en emulación son dos proyectos de vida muy distintos: por un lado, el humanista que busca y construye justicia ambiental, equidad, desarrollo social y paz; por el otro, el proyecto neoliberal, privatizador de servicios públicos y recorte de derechos laborales.
- Caos institucional y Consulta PopularNo podremos ver esta maniobra de los enemigos del cambio, si continuamos intercambiando insultos y buscando la peor vulgaridad para definir a quienes están en desacuerdo con nosotros. A diferencia de Agustín Laje, que no nos ve como adversarios sino como enemigos, nosotros los definimos como conciudadanos que tienen o representan los intereses de quienes se han beneficiado de la desigualdad y la injusticia. Tienen derecho a oponerse al gobierno actual y tienen, como nosotros, el deber de cumplir la Constitución y la Ley.
- La politización de la justicia en ColombiaNo es solo el Congreso el que está de espaldas al pueblo. También los están, mayoritariamente, las mujeres y hombres de la élite de las altas cortes. La época de oro de la Corte Constitucional del maestro Carlos Gaviria y otros magistrados ya pasó.
- Las reformas son del puebloEscuchar a esos «grandes periodistas» ya no informar sino interpretar las noticias, sembrar cizaña en cada comentario, replicar una y otra vez sobre los hechos, especular y tergiversar sobre lo que consideran son los impactos de las políticas del cambio, es francamente intolerable. Como diría mi abuelita Laura Rosa: no les corre sangre por la cara, que falta de profesionalismo.