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La violencia no es un mal momento: es una estructura. Y cada vez que se usa el testimonio de una víctima para agendas ajenas, el agresor gana
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Irresponsabilidad, inmadurez y pobreza del lenguaje: la mezcla perfecta para una sociedad que juega con la violencia sin entender sus consecuencias.
Llamar ‘narcotraficante’ a un presidente sin mostrar evidencia no es valentía. Es manipulación geopolítica.
«El éxito de un manipulador depende del grado de ignorancia de sus seguidores.» —Uribe, hablando de sí mismo sin saberlo.
Dos gobiernos dirigidos por capataces hormonales y mercenarios de la vanidad están jugando con fuego, y América Latina es el combustible.
Defender la democracia tumbando a un presidente elegido democráticamente: la paradoja perfecta de un país que grita libertad sin saber qué significa.
El 21 de noviembre no lo convocó un partido: lo hizo el hambre, la rabia y la dignidad de un pueblo que decidió enfrentar un modelo de muerte.
No son presunciones: son hechos verificables que revelan un gobierno que persigue a la prensa y evade el control democrático
En Colombia no faltan candidatos: faltan ciudadanos que recuerden. El país no necesita un mesías, necesita memoria.
En Medellín, la muerte no se esconde: se baila. Y a veces, se celebra al criminal como si fuera hijo pródigo.